Cuba por libre (Parte III) ©
La Habana
La Habana es color, es el color de sus calles, de sus casas, de sus coches, de su música y de su cielo. La Habana es calor, es el calor de su ambiente, es el calor de su gente. La Habana es música, la que se escucha en cada esquina, en cada plaza y en cada bar. La Habana es alegría, la que desprende la ciudad, la que brota de las sonrisas de su gente. La Habana es charlatana, es pícara y siempre trata de engañarte con su palabrería hasta que te hace creer que nunca podrás huir de ella. La Habana es decadente y bella a la vez, es caótica y tranquila, cuando parece que se va a derrumbar emerge entre sus cenizas más fuerte que nunca. La Habana es diferente a todas las demás y nadie te la podrá contar, La Habana tendrás que vivirla.
La Habana, capital de Cuba y la ciudad más grande de la isla, es el puerto marítimo más importante y el lugar por donde millones de viajeros entran cada año a la isla. Está habitada por más de dos millones de persona que dan vida y alegría a la ciudad, pero no es una ciudad masificada, ni de gente ni de coches, lo que la convierte en un lugar estupendo para caminar sin parar y perderse por sus calles, sobre todo por los tres barrios centrales más famosos. Seguir leyendo